Cuando existe una pérdida reciente, ya sea de un familiar o de un amigo querido, la silla vacía en la mesa de Navidad puede intensificar la pena y hacer que nos enfrentemos con un cóctel de emociones complicado de digerir. El duelo puede ser especialmente duro cuando a nuestro alrededor hay una sensación de alegría colectiva y de celebración, unido esto a la presión y la sensación de aislamiento que a veces se experimenta por intentar estar “bien” y no amargarle la fiesta a nadie.
El problema es, sobre todo, que las fiestas son una expresión de alegría pública, muy distintas de otros hitos difíciles del calendario como pueden ser cumpleaños o aniversarios. Estos últimos pueden sobrellevarse de una forma más privada, mientras que la Navidad exige reuniones y nos persigue allá donde vayamos −durante semanas−, con sus decoraciones, sus luces de colores y los villancicos sonando en la radio en cualquier momento.
La navidad es una época traumática cuando se ha tenido la perdida reciente de un ser querido, ya sea un familiar o un amigo, pero todavía más complicada cuando esa pérdida tuvo que ver con alguien muy cercano: la pareja, un hijo o un hermano, pues su presencia nos era muy fuerte y su ausencia, justamente en estos días en que la alegria y el jolgorio colectivos y de celebración se hacen más evidente, nos permea aún más ante su ausencia. Entonces, el duelo se hace todavía más duro y entonces se siente con mayor rigor la presión y la sensación de aislamiento que a veces se experimenta por intentar estar “bien” y no amargarle la fiesta a nadie.
«El problema es, sobre todo, que las fiestas son una expresión de alegría pública, muy distintas de otros hitos difíciles del calendario como pueden ser cumpleaños o aniversarios. Estos últimos pueden sobrellevarse de una forma más privada, mientras que la Navidad exige reuniones y nos persigue allá donde vayamos −durante semanas−, con sus decoraciones, sus luces de colores y los villancicos sonando en la radio en cualquier momento.», se lee en un artículo muy interesante sobre este delicado tema, publicado en La Vanguardia, diario español online, el cual se puede leer, el artículo, en su totalidad haciendo clic aqui